Erase una vez

Nombre:
Lugar: Castellón, Castellón, Spain

1200 caracteres para describirme? Eso puede ser demasiado si os doy la versión reducida: yo soy YO. Pero si quiero extenderme 1200 caracteres no dan para nada. Si quieres perder el tiempo conociéndome te recomiendo que lo dejes estar, yo llevo toda mi vida intentándolo y no he sacado nada en claro.

martes, octubre 25, 2005

Teoría Mortwindiana de la evolución

A los que ya le conoceis de entre mis lectores, he de deciros que Mortwind ha vuelto. Cuando le he preguntado que dónde se había metido, me ha dichoe que no se había ido, estaba aquí, pero las cosas le iban mal. Los que hasta hoy no sabíais nada de él, pues tendreis que empezar a sufrirle. Y hecho este inciso, comienzo con el post en sí, os dejo con Mortwind.
Al principio solo estábamos los seres humanos, no está muy claro quién nos creó, ni con qué propósito, pero ahí estábamos. Somos, el primer eslavón de la cadena evolutiva, el diamante en bruto desde el que han ido evolucionando el resto de especies hacia estadios mejores. ¡Y es lógico que así sea! La evolución conlleva la especialización en los puntos fuertes de cada especie, y los humanos no destacamos en nada. Solo nuestra mala leche nos hace sobrevivir a un entorno lleno de otros animales que podrían fácilmente exterminarnos. Cuando nacemos estamos patéticamente indefensos, no somos ni capaces de pedir el más sencillo de los menús en un restaurante, y aunque pudiéramos pedirlo, ¡no podríamos comerlo! Cuando estábamos solos, nos pasábamos todo el tiempo, intentando meterle el dedo en el ojo a otro, o poniéndonos la zancadilla, lo que no daba ningún resultado, ya que hasta que a un señor no se le ocurrió que las cosas tienden a caer (si no se encalan) la gravedad no existía (así que si alguna vez os veis en una situación grave, ya sabeis que alguien tiene la culpa, pero se dice el pecado o el pecador, así que no os voy a decir que fue Newton el que trajo ese problema). Pero estoy divagando, el caso es que así éramos.
Más adelante, algunos humanos más sensatos que nosotros, decidieron que ya bastaba de tantas milongas, y se les ocurrió evolucionar. Algunos, pensaron, que ya que tenían mucha pluma, no tenían más que aligerar el peso de sus huesos y reducir su tamaño y . . . ¡voilà! aparecieron los pájaros. Algunos de ellos no han cerrado la boca ni con esas, y por eso existen los loros; otros sin embargo, eran amigos de los bienes ajenos, y ahí tenemos a los grajos. Otros eran más vagos a la hora de evolucionar, y decidieron que era mucho mejor ponerse a cuatro patas para correr más, y así nacieron miles de especies nuevas, acordes a la personalidad del tipo del que provenían. Los que sí que se lo curraron ya mucho son los que decidieron irse a vivir al agua. Durante miles de años, lo único que conseguían era ahogarse, hasta que Cousteau, en vista de que se iba a quedar sin poder hacer reportajes les dió la idea de las branquias.
Cuando vimos que nuestros congéneres conseguían todas esas cosas prodigiosas nos dió envidia, así que decidimos enterrar un montón de huesos y fósiles para confundir a los que vinieran luego y pensaran que NOSOTROS somos los reyes del mambo. Y conseguimos que se formaran todo tipo de teorías descabelladas sobre pulgares oponibles, coeficientes intelectuales y comportamiento social. Pero está claro que las cosas son como digo, a mi no me angañan. Somos los seres con más fallos de fabricación, y nuestro planteamiento complicado de la vida no nos da más que problemas. Sin embargo para los animales solo existen tres tipos de cosas: A) las que se comen, B) de las que huir y C) rocas. Y con eso les basta y les sobra.
Eso es todo lo que se me ocurre sobre el tema así de primeras, podría seguir, pero Diego me está apretando el cuello de forma cariñosa y está dejando de llegarme oxígeno al cerebro, así que me despido. Ah, me ha hecho prometer que no volveré a hacer de colaborador en su blog (bueno, él ha dicho algo de emponzoñarlo), así que proseguiré con el mío en breve.
Un saludogggggggggggggggggggggg!!!!

martes, octubre 18, 2005

Trastornos del sueño

Mi reloj biológico está como una cabra. Tengo unas ganas de dormir tremendas, pero aquí estoy, casi a las 5 de la mañana con los ojos como platos. Y todo por culpa de mi trabajo. Vale, tengo un horario cojonudo. Trabajo siete días y descanso otros siete (excepto cuando se le cruzan los cables al teniente, que últimamente es demasiado a menudo). Lo que me tiene desquiciado es ir a turnos. Esta última semana, por ejemplo (y la anterior si no recuerdo mal) he estado de noches.

Mi día era como sigue: a las 22:00 estaba en el cuerpo de guardia para ponerme el correaje y que me dieran armamento, estaba patrullando la base durante 8 horas, así que sobre las 6 de la mañana volvía con el patrol y me hacían el relevo. Entre unas cosas y otras no me acostaba hasta las 7 o así. Yo necesito dormir mis 8 horas, así que antes de las 15:00 no me despertaba; bueno sí, me despertaban las limpiadoras, la gente que se levantaba para ir a trabajar por la mañana, los degenerados que ponen la música a todo trapo y un compañero de habitación que tengo que es un maleducado de mucho preocupar. Así que al final me levantaba cansado y cabreado; el comedor cierra a las 3, así que nada de comer, me metía un café con leche y algo para acompañar en la cantina de tropa, o si no me iba a zaragoza a comprarme un bocadillo. Si había elegido la opción de la cantina, a las 8 de la tarde me iba al comedor a hacer mi única comida fuerte dle día, y en el caso de haber elegido la opción B, me traía un bocadillo para tomarlo durante la guardia.

Así que aquí estoy, con sueño, pero sin poder dormirme. Voy a meterme en la cama por tercera vez, si es que lo consigo, porque llevo contadas tantas ovejas que ya no quepo yo. Al menos este invierno voy a tener un buen surtido de sueters con tanta lana.