Erase una vez

Nombre:
Lugar: Castellón, Castellón, Spain

1200 caracteres para describirme? Eso puede ser demasiado si os doy la versión reducida: yo soy YO. Pero si quiero extenderme 1200 caracteres no dan para nada. Si quieres perder el tiempo conociéndome te recomiendo que lo dejes estar, yo llevo toda mi vida intentándolo y no he sacado nada en claro.

viernes, febrero 09, 2007

Foros españoles

Para que veiais lo que uno se puede encontrar por ahí. Un foro de la policía (M soy yo):

T: Que sí, tía. Pero.. ¿qué crees que has conseguido? Sigo pensando que esa chica no ha matado a nadie como para sufrir ese acoso y derribo.
Y una última cosa, fumar porros de momento no es delito en este país. Quien no se haya fumado un porro de marihuana o metido una raya de cocaína que dé un paso al frente. Quienes no lo hayáis hecho no sabéis lo que os perdéis.
Sandra, cuando seamos compañeros fumaremos maría en el Zeta y pondremos música de Bob Marley a todo trapo mientras limpiamos la ciudad de escoria.

M: (PASO AL FRENTE) Yo no me he fumado un porro ni me he hecho una raya nunca. Lo de la marijuanis para mi no es peor que el tabaco (que lo probé una vez por conocer al enemigo y no entiendo lo que le ven). Pero UNA sola raya crea daños PERMANENTES. Dios, en este hilo del foro me he dado cuenta de lo mal que están las cosas. Ya se incluye el consumo de coca en frases del tipo: "El que nunca haya . . . que de un paso al frente". Cada vez que te haces una raya es como si cogieras un revólver, lo pusieras en tu sien y jugaras a la ruleta rusa. Tal vez el tambor del revólver sea de 100.000 balas y sólo haya una, pero, ¿de verdad merece la pena arriesgarse? Somos tan estúpidos que lo hemos convertido en algo cotidiano. Joer! Si hasta lo desdramatizamos con un personajillo que sale en el programa de Buenafuente. A este paso no vamos a tener que esperar que los chinos hundan la economía, les estamos ahorrando faena.

M: Mis disculpas al pueblo chino. Ellos no tienen la culpa de vivir en un país en el que la censura llegue hasta la mismísima red de redes.

T: JAjaJAjaJAjaJAja
Se ve que el tema de las drogas te lo pasaste por el forro de los huevos, muchacho.
"Le di una calada a un cigarro para conocer al enemigo" JAjaJAjaJAjaJAja
Ya estoy empezando a cansarme de este foro, lo digo sinceramente. Todos esos que tenéis tantos prejuicios sobre quién es válido para el CNP y quién no, no sois más que una panda de muñegotes sin personalidad manejados por papá policía. Si te no te fumaste un porro en tu vida dudo que estés preparado para trabajar en la calle. Ni siquiera sabes dónde vives.

M: No fumo porque me parece una pérdida de años de vida innecesaria. He dicho que los porros me parecen = de peligrosos que el tabaco. Si para ser poli hay que fumar porros y meterse rayas, el análisis de sangre tendría que excluir a los que no tienen restos de nada en el organismo . . . ¿no crees?
Y te equivocas en otra cosa; para trabajar viendo miserias no es necesario ser un miserable.

T: Yo no considero miserables al 55% de los españoles que fuman, ya sean cannabis, tabaco o semillas de sésamo. A saber qué clase de policía vas a ser tú si ni siquieras has salido de las#!@##@s de mamá. La próxima vez sé menos demagógico, por el bien de todos.

M: He tenido que mirar "demagogia" en la wikipedia porque sólo se la había oído a los políticos hasta ahora cuando se querían descalificar y nunca me había molestado en mirar el significado. Si tú lo conoces, imagino que me has llamado demagogo por esta parte de la definición: "También puede considerarse la demagogia como un tipo perverso de oratoria, que permite atraer hacia los intereses propios las opiniones de los demás utilizando falacias o argumentos aparentemente válidos que, sin embargo, tras un análisis de las circunstancias, pueden resultar inválidos o simplistas".
Primero que nada, has cogido las palabras de mi post y las has ordenado en tu cabecita en el orden que te ha dado la gana para luego escribarlas y poner en boca mía algo que no he dicho. Eso sí que sé cómo se llama: tergiversar.
Con respecto al tema de la demagogia: fumar acorta la vida, ya sean semillas de sésamo, tabaco, marihuana o un periódico enrollado. La coca afecta al cerebro desde la primera dosis; es un hecho demostrado. Con lo cual mis argumentos son válidos.
Y una última cosa; no quiero convencerte a ti ni a nadie de nada. Doy mi opinión, y me da exactamente igual si a alguien le parece bien o no, porque no insulto a nadie. Así que quien se ofenda allá él.
No sé qué clase de policía voy a ser, pero sí que sé cómo quiero ser, y no es ni remotamente parecido a lo que tú consideras que debe ser un miembro del CNP, eso por suerte lo tengo claro.

T: Un discurso tan bonito como vacío. Yo también tengo claro qué clase de policía quiero ser y por eso, sólo aceptaré consejos de gente formada, no de otro aspirante como yo.
Y que sepas que el vino, el champán, el móvil, el microondas y los rayos ultravioletas tb perjudican tu salud. Espero que no seas consumidor de esos productos

M: Vuelta la burra al trigo. Que no quiero convencerte de nada tío. Haz lo que te de la gana.
P.D: Hay cosas que son buenas si se toman con moderación. Una copa de vino con la comida es bueno tomarla xD

miércoles, enero 04, 2006

Cosas de niños

Todos los años igual, llegan las navidades y la familia se reúne en torno a una mesa atiborrada de comida a zampar, beber y . . . CONTAR ANECDOTAS DE CUANDO MI HERMANA Y YO ERAMOS PEQUEÑOS.
Nunca falla, ¿a que a todos os pasa algo parecido? Hay gente que lo odia, no sé por qué se avergüenzan. ¿Cómo me van a avergonzar cosas que hice cuando aún no tenía un control total sobre mi vejiga? De tanto oir las mismas historias todos los años, he llegado a cogerles cariño. Y he llegado a la conclusión de que yo de niño era un trasto y mi hermana una bestia parda. Ya cuando no sabía ni hablar dejó alguna que otra muestra de lo que nos esperaba; un día la tenía en brazos mi abuela y la levantó cogiéndola de los sobacos y poniéndola de cara a ella mientras le decía monerías. Mi hermana decidió que ese era el mejor momento de vomitar. . . mi abuela tenía la boca abierta . . . os ahorraré los detalles, solo decir que mi abuela decidió que tal vez era un buen momento para ir corriendo al váter y echar hasta la primera papilla.
Mientras tanto, yo no permanecía ocioso en el tema de amargar a mi pobre abuela. Yo era ante todo muy curioso; siempre estaba abriendo las puertas de todo y tocando cuanto tenía a mi alcance. Mi madre estaba harta de decirme: "cierra la nevera", porque por lo visto me quedaba embobado con esa caja blanca que al abrirla daba fresquito. Pues bueno, si a mi no me dejaban, yo a mi abuela tampoco. Cada vez que la pobre mujer iba a coger algo, llegaba y le obligaba a cerrarla al grito de: "¡CIERRA LA CHEPERAAAA!".
Pero mi momento estelar fue otro. Lo podríamos titular "el notario", porque sin el gusto de aquel hombre hacia los cuadros nunca hubiera podido ocurrir. No recuerdo bien cómo era, sólo que incluía los pechos de una mujer dibujados con trazos simples (vamos, eran poco más que dos puntos y dos circunferencias) y que ocupaban buena parte de la composición. Para haceros una idea de la situación os voy a describir el entorno un poco. Imaginad al conde Drácula sin tantos colmillos y con traje y corbata. Muy bien, ya estais viendo al notario. Mi familia iba como a una boda, pero sin arroz. El moviliario de la habitación era totalmente negro, y la mesa de mármol, negro también. Bueno, ahora imaginad que el notario está leyendo una cosa aburridísima, pero que despierta en todos los presentes un gran interés (menos en mí y en mi hermana, que tan solo tenía meses de vida). Pues cuentan las crónicas, que me quedé mirando el cuadro durante largo rato y de pronto por encima de la del notario se elevó una voz aflautada que dijo: "¡AYVÁ LA VIRGEN, QUE TETAAAAAAAAAAS!. El mazazo fue demoledor. Mis tíos, empezaron a llorar de la risa, a mi madre casi se le cae mi hermana al suelo, mi abuela paterna perdió 5 años de vida en un instante. ¿Y el notario? . . . se tapó la cara con los papeles que estaba leyendo y continuó con su perorata como si tal cosa. Pero eso sí, cuando terminó y nos estabamos marchando todos se acercó hasta mí, me frotó el cabello y mientras me daba un caramelo dijo: "FENOMENOOOO, QUE ERES UN FENOMENO!".
Ahora que lo pienso, esta última anécdota me hace plantearme cuánto tiempo lleva realmente conmigo Mortwind.
P.D: este post es susceptible de ser ampliado cuando tenga ganas de poner más anécdotas (que las hay, y a miles)

viernes, diciembre 09, 2005

Paranoia o prudencia?

El otro día tres compañeros y yo nos llevamos un susto tremendo. Al salir de la guardia decidimos irnos a tomar un café a la gasolinera que hay a un par de kilómetros de la base. Es algo bastante habitual, lo hacemos para salir aunque sea sólo un rato y la gente ya ni se inmuta al ver a tíos de uniforme por allí. Cada día coge uno distinto el coche, y ese día me tocó a mi. Estuvimos como media hora, sentados tranquilamente, hablando y riendo.
El susto vino cuando salimos a la calle, había una bolsa de deporte con un abrigo encima justo delante de mi coche, impidiendo la salida. Lo primero que hicimos fue mirar alrederor, y no había nadie a la vista. Dos de nosotros, por inercia, nos llevamos la mano a la cintura, sin acordarnos de que ahí no había pistola. Sin embargo, otro se acercó alegremente con la intención de retirar la mochila. Le gritamos que ni se le ocurriera. Nos estábamos alejando a una distancia prudencial mientras hablábamos de hacer un cordón de seguridad hasta que llegara la policía, cuando se acercó una señora que acababa de bajar de un coche que estaba a unos 30 metros, corriendo y diciendo: "¡Tranquilos, que es mía!". El corazón dejó de intentar salírseme por la boca, y hasta me reí cuando nos preguntó si es que nos habían llamado al ver la bolsa (seguramente nos confundió con la policía nacional, el uniforme del aire es exactamente del mismo color).
¿Deformación profesional? ¿Paranoia? ¿O simple prudencia? Ahora no lo tengo tan claro, pero si se repitiera la situación haría lo mismo . . . ¿y vosotros?

lunes, diciembre 05, 2005

Varios frentes abiertos

Últimamente no escribo nada, y no es que no me pasen cosas; simplemente no puedo pasarme por aquí. Ahora mismo estoy en uno de los 3 ordenadores que hay en la base de zgz para TODO el personal. Me quedan 10 minutos de uso y noto unos ojos clavados en mi nuca esperando a que se me agote el tiempo. Estoy bastante depre, llevo aquí más de un mes y uno acaba con la sensación de que cada día es igual que el anterior. Y no es que no haga cosas, porque sí que hago, y mucho además.
Voy cada día al gimnasio, con el único propósito de HUMILLAR a Tete cuando vuelva a castellón. También me estoy sacando el carnet de la moto, hoy he hecho la segunda (y última) práctica antes de examinarme el viernes. El resto de tiempo libre que me queda lo reparto entre estudiar y huir a zgz para despejar mi mente. Pero la estrella indiscutible de la velada durante este último mes han sido las guardias. Las guardias son como los bombones, te hacen engordar. Porque por lo demás no se parecen en nada. Y engordas porque te aburres tanto que asaltas cada máquina de guarrerías que encuentras en tu camino. Al menos cuando desde el cuerpo de guardia no llega mas que el ocasional ronquido del comandante de ese día, puedo dedicarme a estudiar mi oposición, cosa que se agradece.
A parte de todo eso estoy pendiente de conseguir los libros para estudiar el carnet BTP, que tengo que sacarme antes del 1 de marzo y, sin el cual, todos mis esfuerzos en esta oposición habrán sido inútiles. Y no hay que olvidar mis ojos, que ya veremos si estarán operados para el día de la oposición, o tendré que gastarme 300€ más en lentillas de las que se ponen por la noche para ver bien durante el día (irónico, no?). Así que con todas estas cosas que tengo en mente, por lo menos no tengo tiempo de aburrirme. Y me parece que eso es lo que me ha ayudado a no perder la cordura.
Espero pasarme de nuevo por aquí en breve, y aprovecho para aununciar que Mortwind retomará su Blogg, no se sabe cuándo, pero lo hará. HE DICHO.

miércoles, noviembre 16, 2005

El peor día?

Jueves, 3 de noviembre. Son las 7 de la mañana. He dormido a intervalos de una hora, así que es la séptima vez que me despierto, pero esta vez me levanto. Todavía tengo mucho tiempo, hasta las 9 no son las pruebas físicas, así que decido bajar las maletas al coche y luego buscar un bar para desayunar tranquilamente. Me obligo a tomar un café con leche y un croisant. Todavía son las siete media, vanesa no vendrá hasta dentro de más de media hora. Vuelvo a subir a la habitación del hotel y pongo el móvil a cargar.

Al rato Vanesa me hace una perdida, ha llegado pronto. Bajo y me lleva al pabellón de deportes, tengo los nervios a flor de piel. Son las nueve menos cuarto, pero ya hay mucha gente esperando cuando llegamos. Al cabo de un rato de dar vueltas por ahí fuera nos hacen pasar para que nos cambiemos. Me quedo en pantalón corto, la sudadera me la dejo puesta para no pasar frío. Son las diez y media, llevo tumbado en el suelo más de una hora, me duele la espalda y tengo los riñones helados; de esta me constipo seguro. Parece que nunca vayan a llegar a mi apellido; pero claro, al final sé que me acabarán llamando.

Ahora son las doce menos diez. En realidad casi me puedo considerar afortunado, seguirán llamando a gente hasta pasada la una. Nos hacen descalzarnos y yo me pongo el DNI un momento en la boca para poder desabrocharme bien los cordones. Cuando me llega el turno de medirme, la agente que tiene que confirmar que yo soy yo esgrime su carpeta como si fuera una bandeja instándome a dejar el DNI sobre ella; no puedo evitar sentirme como un concursante del un dos tres que tiene que elegir un sobre. Me dice: "no esperarás que lo toque, cuando lo acabas de estar chupeteando". Se me cae el alma a los pies, ¿cuándo he dejado de ser un ser humano real para convertirme en un personaje de Kafka?. Me trago mi orgullo y me disculpo. Me miden tres veces, el problema es que doy la talla por escasos milímetros y mi nueva amiga quiere hacer muy bien su trabajo conmigo, si llego a medir 1'699 me hubiera podido despedir de hacer las pruebas este año.

La primera prueba es la de dominadas. Hago diez, casi once, pero me quedo suspendido en el aire, con la barra a la altura de mi vista, pensando en dar un último golpe de riñón, y recuerdo que aunque la haga tendré la misma puntuación. Ya llevo siete puntos. Pasamos a la siguiente, el salto vertical. me sitúo, me agacho, me doy impulso hacia arriba . . . y a punto estoy de no tocar la pared, porque estaba demasiado lejos de ella. En mi desesperación por tocarla pierdo un par de centímetros o tres. 54 cm, cinco puntos; ya llevo doce. Ahora viene el circuito, no hay problema, en este saco como mínimo un ocho siempre, así que podré ir tranquilo a mi talón de aquiles, los dos kilómetros. Pero hoy todo se tuerce, resvalo al pasar bajo la valla y al ponerme en pie la tiro. Solo tengo una oportunidad más, no puedo arriesgar, pero al menos sacaré un siete, ¿no?. Segunda oportunidad en le mismo sitio, estoy reptando como una serpiente apra no volver a tirarla. Una gota de sudor cae en mi ojo y al ponerme en pie me llevo la mano a la cara . . . y me desplazo la lentilla; ¡veo borroso!. Consigo acabar el circuito con un ojo cerrado. El tiempo es de 9'8 segundos, seis puntos (no han sido 7 por una décima); llevo 18 puntos en total. Ahora vienen los dos kilómetros, he de estar tranquilo e ir de menos a más. Es lo que pienso, pero hacerlo es otra cosa. En la primera vuelta hago un tiempo ridículamente bajo, tengo que bajar el ritmo; segunda vuelta, este sí que es el tiempo que tengo que hacer, pero ¿por qué estoy tan cansado?; en la tercera vuelta el tiempo es muy malo, epro aún lo compenso con la primera, ¡tengo que aguantar!; en la cuerta vuelta me hundo, todo está perdido, de ir al final del pelotón principal he pasado a ser último en menos de 200 metros, estoy acabado. Al pasar por meta por penúltima vez, el que tengo delante me lleva 20 buenos metros de ventaja; bajo la cabeza y empiezo a esprintar, le adelanto a falta de 250 metros para la meta, tengo unos 50 metros delante a los dos siguientes; bajo la cabeza y sigo corriendo olvidándome hasta de respirar. Entro en meta con ellos. Mi tiempo es de 8'30, dos puntos; lo que hace un total de veinte puntos. He aprobado, pero no puedo disfrutarlo, ahora solo me apetece caerme al suelo, y lo hago. Al rato me agarro a la reja para ponerme en pie y salgo de allí. Estoy contento y frustrado.

martes, octubre 25, 2005

Teoría Mortwindiana de la evolución

A los que ya le conoceis de entre mis lectores, he de deciros que Mortwind ha vuelto. Cuando le he preguntado que dónde se había metido, me ha dichoe que no se había ido, estaba aquí, pero las cosas le iban mal. Los que hasta hoy no sabíais nada de él, pues tendreis que empezar a sufrirle. Y hecho este inciso, comienzo con el post en sí, os dejo con Mortwind.
Al principio solo estábamos los seres humanos, no está muy claro quién nos creó, ni con qué propósito, pero ahí estábamos. Somos, el primer eslavón de la cadena evolutiva, el diamante en bruto desde el que han ido evolucionando el resto de especies hacia estadios mejores. ¡Y es lógico que así sea! La evolución conlleva la especialización en los puntos fuertes de cada especie, y los humanos no destacamos en nada. Solo nuestra mala leche nos hace sobrevivir a un entorno lleno de otros animales que podrían fácilmente exterminarnos. Cuando nacemos estamos patéticamente indefensos, no somos ni capaces de pedir el más sencillo de los menús en un restaurante, y aunque pudiéramos pedirlo, ¡no podríamos comerlo! Cuando estábamos solos, nos pasábamos todo el tiempo, intentando meterle el dedo en el ojo a otro, o poniéndonos la zancadilla, lo que no daba ningún resultado, ya que hasta que a un señor no se le ocurrió que las cosas tienden a caer (si no se encalan) la gravedad no existía (así que si alguna vez os veis en una situación grave, ya sabeis que alguien tiene la culpa, pero se dice el pecado o el pecador, así que no os voy a decir que fue Newton el que trajo ese problema). Pero estoy divagando, el caso es que así éramos.
Más adelante, algunos humanos más sensatos que nosotros, decidieron que ya bastaba de tantas milongas, y se les ocurrió evolucionar. Algunos, pensaron, que ya que tenían mucha pluma, no tenían más que aligerar el peso de sus huesos y reducir su tamaño y . . . ¡voilà! aparecieron los pájaros. Algunos de ellos no han cerrado la boca ni con esas, y por eso existen los loros; otros sin embargo, eran amigos de los bienes ajenos, y ahí tenemos a los grajos. Otros eran más vagos a la hora de evolucionar, y decidieron que era mucho mejor ponerse a cuatro patas para correr más, y así nacieron miles de especies nuevas, acordes a la personalidad del tipo del que provenían. Los que sí que se lo curraron ya mucho son los que decidieron irse a vivir al agua. Durante miles de años, lo único que conseguían era ahogarse, hasta que Cousteau, en vista de que se iba a quedar sin poder hacer reportajes les dió la idea de las branquias.
Cuando vimos que nuestros congéneres conseguían todas esas cosas prodigiosas nos dió envidia, así que decidimos enterrar un montón de huesos y fósiles para confundir a los que vinieran luego y pensaran que NOSOTROS somos los reyes del mambo. Y conseguimos que se formaran todo tipo de teorías descabelladas sobre pulgares oponibles, coeficientes intelectuales y comportamiento social. Pero está claro que las cosas son como digo, a mi no me angañan. Somos los seres con más fallos de fabricación, y nuestro planteamiento complicado de la vida no nos da más que problemas. Sin embargo para los animales solo existen tres tipos de cosas: A) las que se comen, B) de las que huir y C) rocas. Y con eso les basta y les sobra.
Eso es todo lo que se me ocurre sobre el tema así de primeras, podría seguir, pero Diego me está apretando el cuello de forma cariñosa y está dejando de llegarme oxígeno al cerebro, así que me despido. Ah, me ha hecho prometer que no volveré a hacer de colaborador en su blog (bueno, él ha dicho algo de emponzoñarlo), así que proseguiré con el mío en breve.
Un saludogggggggggggggggggggggg!!!!

martes, octubre 18, 2005

Trastornos del sueño

Mi reloj biológico está como una cabra. Tengo unas ganas de dormir tremendas, pero aquí estoy, casi a las 5 de la mañana con los ojos como platos. Y todo por culpa de mi trabajo. Vale, tengo un horario cojonudo. Trabajo siete días y descanso otros siete (excepto cuando se le cruzan los cables al teniente, que últimamente es demasiado a menudo). Lo que me tiene desquiciado es ir a turnos. Esta última semana, por ejemplo (y la anterior si no recuerdo mal) he estado de noches.

Mi día era como sigue: a las 22:00 estaba en el cuerpo de guardia para ponerme el correaje y que me dieran armamento, estaba patrullando la base durante 8 horas, así que sobre las 6 de la mañana volvía con el patrol y me hacían el relevo. Entre unas cosas y otras no me acostaba hasta las 7 o así. Yo necesito dormir mis 8 horas, así que antes de las 15:00 no me despertaba; bueno sí, me despertaban las limpiadoras, la gente que se levantaba para ir a trabajar por la mañana, los degenerados que ponen la música a todo trapo y un compañero de habitación que tengo que es un maleducado de mucho preocupar. Así que al final me levantaba cansado y cabreado; el comedor cierra a las 3, así que nada de comer, me metía un café con leche y algo para acompañar en la cantina de tropa, o si no me iba a zaragoza a comprarme un bocadillo. Si había elegido la opción de la cantina, a las 8 de la tarde me iba al comedor a hacer mi única comida fuerte dle día, y en el caso de haber elegido la opción B, me traía un bocadillo para tomarlo durante la guardia.

Así que aquí estoy, con sueño, pero sin poder dormirme. Voy a meterme en la cama por tercera vez, si es que lo consigo, porque llevo contadas tantas ovejas que ya no quepo yo. Al menos este invierno voy a tener un buen surtido de sueters con tanta lana.