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Lugar: Castellón, Castellón, Spain

1200 caracteres para describirme? Eso puede ser demasiado si os doy la versión reducida: yo soy YO. Pero si quiero extenderme 1200 caracteres no dan para nada. Si quieres perder el tiempo conociéndome te recomiendo que lo dejes estar, yo llevo toda mi vida intentándolo y no he sacado nada en claro.

miércoles, enero 04, 2006

Cosas de niños

Todos los años igual, llegan las navidades y la familia se reúne en torno a una mesa atiborrada de comida a zampar, beber y . . . CONTAR ANECDOTAS DE CUANDO MI HERMANA Y YO ERAMOS PEQUEÑOS.
Nunca falla, ¿a que a todos os pasa algo parecido? Hay gente que lo odia, no sé por qué se avergüenzan. ¿Cómo me van a avergonzar cosas que hice cuando aún no tenía un control total sobre mi vejiga? De tanto oir las mismas historias todos los años, he llegado a cogerles cariño. Y he llegado a la conclusión de que yo de niño era un trasto y mi hermana una bestia parda. Ya cuando no sabía ni hablar dejó alguna que otra muestra de lo que nos esperaba; un día la tenía en brazos mi abuela y la levantó cogiéndola de los sobacos y poniéndola de cara a ella mientras le decía monerías. Mi hermana decidió que ese era el mejor momento de vomitar. . . mi abuela tenía la boca abierta . . . os ahorraré los detalles, solo decir que mi abuela decidió que tal vez era un buen momento para ir corriendo al váter y echar hasta la primera papilla.
Mientras tanto, yo no permanecía ocioso en el tema de amargar a mi pobre abuela. Yo era ante todo muy curioso; siempre estaba abriendo las puertas de todo y tocando cuanto tenía a mi alcance. Mi madre estaba harta de decirme: "cierra la nevera", porque por lo visto me quedaba embobado con esa caja blanca que al abrirla daba fresquito. Pues bueno, si a mi no me dejaban, yo a mi abuela tampoco. Cada vez que la pobre mujer iba a coger algo, llegaba y le obligaba a cerrarla al grito de: "¡CIERRA LA CHEPERAAAA!".
Pero mi momento estelar fue otro. Lo podríamos titular "el notario", porque sin el gusto de aquel hombre hacia los cuadros nunca hubiera podido ocurrir. No recuerdo bien cómo era, sólo que incluía los pechos de una mujer dibujados con trazos simples (vamos, eran poco más que dos puntos y dos circunferencias) y que ocupaban buena parte de la composición. Para haceros una idea de la situación os voy a describir el entorno un poco. Imaginad al conde Drácula sin tantos colmillos y con traje y corbata. Muy bien, ya estais viendo al notario. Mi familia iba como a una boda, pero sin arroz. El moviliario de la habitación era totalmente negro, y la mesa de mármol, negro también. Bueno, ahora imaginad que el notario está leyendo una cosa aburridísima, pero que despierta en todos los presentes un gran interés (menos en mí y en mi hermana, que tan solo tenía meses de vida). Pues cuentan las crónicas, que me quedé mirando el cuadro durante largo rato y de pronto por encima de la del notario se elevó una voz aflautada que dijo: "¡AYVÁ LA VIRGEN, QUE TETAAAAAAAAAAS!. El mazazo fue demoledor. Mis tíos, empezaron a llorar de la risa, a mi madre casi se le cae mi hermana al suelo, mi abuela paterna perdió 5 años de vida en un instante. ¿Y el notario? . . . se tapó la cara con los papeles que estaba leyendo y continuó con su perorata como si tal cosa. Pero eso sí, cuando terminó y nos estabamos marchando todos se acercó hasta mí, me frotó el cabello y mientras me daba un caramelo dijo: "FENOMENOOOO, QUE ERES UN FENOMENO!".
Ahora que lo pienso, esta última anécdota me hace plantearme cuánto tiempo lleva realmente conmigo Mortwind.
P.D: este post es susceptible de ser ampliado cuando tenga ganas de poner más anécdotas (que las hay, y a miles)

1 Comments:

Blogger Oliva said...

Pues para cada anécdota un post, no me seas chapuzas. Fenómeno, que eres un fenómeno.

7:42 p. m.  

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